Estrategias competitivas de las aerolíneas. Una aproximación mediante el reloj estratégico de Bowman

Abstract

En un entorno globalizado, el sector aéreo es uno de los más competitivos, complejos y necesarios. Actualmente, las interconexiones entre países resultan fundamentales para una efectiva comunicación política, empresarial y turística, por lo que los Estados muestran un alto interés en tener mejores vías de comunicación. Los cambios que ha sufrido en las últimas décadas el mercado aéreo le convierten en un interesante objeto de estudio. La alta rivalidad entre compañías promueve un cambio constante, con una frecuente restructuración y redefinición en las estrategias de las mismas. Partiendo en sus inicios de situaciones monopolísticas y proteccionistas (Rodríguez-Campos, 2005; Calvo y Carrascosa, 1998), se han experimentado una serie de procesos de liberalización del sector hasta llegar a ser un mercado de libre competencia. Esta desregulación y la consecuente entrada de nuevos competidores, requiere que las compañías aéreas hagan esfuerzos en lograr ventajas competitivas mediante estrategias de precios, diferenciación, específicas (Silva, 2010) anteriormente innecesarias debido al régimen de monopolio. Uno de los primeros movimientos estratégicos del sector tras estos procesos fue la creación de compañías de bajo coste, las cuales dinamitaron la industria y trajeron con ellas una reducción de los precios gracias una competitividad más agresiva. Esto ha contribuido a una democratización de los vuelos (Rodríguez, 2008), ya que en un primer momento, viajar en avión tenía un carácter más elitista. Sin embargo, no todas las compañías han seguido estrategias orientadas a la reducción de los precios. Algunas han optado por focalizar sus esfuerzos en conseguir una mejor calidad en el servicio y el trato al cliente mediante, entre otras acciones, el refuerzo de la clase business, mejoras en el catering y en su flota, la oferta de vuelos de larga distancia… Para lograr sus objetivos competitivos, muchas empresas optan por aprovechar las sinergias que ofrece el sector mediante acuerdos comerciales. De esta forma se produce una retroalimentación entre empresas, que podrán llegar a un mayor número potencial de clientes. Esta competitividad, nos conduce a utilizar una herramienta que sea capaz de recoger todas las estrategias elaboradas en el sector, pudiéndose realizar así un análisis con mayor precisión. Para ello se empleará el Reloj Estratégico de Bowman (1992) que recoge ocho posibles ejes en donde colocar las aerolíneas en función de cada estrategia empleada.